Un estudio publicado en la revista Neurology asegura que un componente del vino tinto parece ayudar a estabilizar los niveles sanguíneos de una proteína asociada a la enfermedad de Alzheimer, conocida como Abeta40.
El estudio
Resveratrol, un fenol que se encuentran en la piel de la uva, podría ser utilizado en tratamientos para el Alzheimer, como punto de partida para el descubrimiento de una terapia válida, dice el autor del estudio Scott Turner.
El Resveratrol es producido naturalmente por las plantas en caso de lesiones y se encuentra en muchos productos, como vino tinto y chocolate negro. Con los años, algunos se han encontrado propiedades benéficas para el cuerpo, pero ningún estudio ha podido demostrar científicamente su validez.
Lo que surgió de esta última encuesta, y que llamó la atención de los investigadores, ha sido su capacidad para activar las proteínas llamadas sirtuinas, que trabajan reduciendo sus niveles de estrés.
Para probar los efectos del Resveratrol sobre Abeta40, los investigadores realizaron un estudio basado en el efecto placebo durante más de un año en una muestra aleatoria. Esto significa que los participantes del estudio ni los investigadores sabían que realmente le dieron el componente. Finalmente, se encontró que el resveratrol es capaz de estabilizar los niveles de Abeta40 en la sangre.
Resultados del estudio
Los resultados del estudio sugirieron que la sustancia natural puede ser útil para controlar la enfermedad de Alzheimer, como se observa una disminución de Abeta40 en la sangre que, en caso de exceso, conduce a empeoramiento de la demencia.
Durante el estudio, también se observó quién estaba tomando este componente tuvo una disminución en volumen del cerebro, que no los que tomaron el placebo. La explicación posible sea que el Resveratrol reduce la inflamación del cerebro causada por la enfermedad de Alzheimer.
Por supuesto, todo está aún por probarse y ciertamente no es el caso para descorchar una botella de vino tinto o para comer más chocolate. Las dosis de resveratrol utilizadas en el estudio son equivalentes a unas 1.000 botellas de vino al día. Sin embargo, esta investigación podría abrir nuevos caminos para llegar a una cura para el Alzheimer.