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El vino rosado una irresistible alternativa

Cuenta la historia que el vino rosado fue muy popular en las sociedades rurales, donde en muchas ocasiones se confundía con los claretes o bien claros. Sin embargo, muchos se preguntan por la diferencia entre un rosado y un tinto, o bien un vino blanco, y es que se corta su proceso de preparación y los taninos que tiene el mosto no llegan a teñir el vino pues se lo retira antes.

Lo especial es que, el rosado se vinifica como un blanco, con la excepción que se usan cepas tintas o bien cortes de tintas y blancas, al paso que el clarete se vinifica como a un tinto. Mucho se ha escrito sobre el fantástico vino rosado que, con la llegada de las noches calurosas de verano, cobra fuerza y vigencia.

En sintonía con otros vinos espumantes, estos vinos apacibles son una buena opción para acompañar una buena tablita de quesos, tapas, pizzas y pequeños mordiscos. De la vieja escuela de los populares rosé de Provence, llega hasta nuestros días la oración “un va avec tout”, leimotiv todavía actual por el hecho de que, los rosados van “con todo”.

La vida en rosa

Si bien mucha gente cataloga al vino rosado como flojo e indefinido, la realidad es que son vinos jóvenes, refrescantes, sustanciosos, con aromas singulares, normalmente frutales y florales. Entre los más reputados se identifican los cortes de cabernet sauvignon con merlot, syrah y singularmente los malbec.

Debemos reconocer que entre sus variedades no hay grandes diferencias, más en el momento de seleccionar hay que tener muy presente que estos vinos no son aconsejables para añejarlos en tanto que prácticamente ninguno de ellos avejenta apropiadamente. En el momento de pedir un rosado en un restorán, o bien en una tienda de vinos, fíjese en su año de cosecha, y demande que sea del año precedente.

Los vinos rosados son ligeros, refrescantes y su temperatura ideal a la hora de degustarlos está sugerida en cada botella.

En el pasado, el vino rosado solo era considerado una bebida, sin llegar a la denominación más reputada de vino. En la Argentina en los últimos años: se ha perdido la costumbre de tomar vinos rosados, la realidad señala que estos vinos son consumidos en general por los entusiastas y, ocasionalmente, por los curiosos, que se dejan llevar por este alucinante y emocionante sabor.
Y esto es algo atípico, en tanto que existen rosados de primerísima calidad en el país. Lo mejor es despojarse de los prejuicios y entregarse a esta saludable compañía que en el verano se vuelve irresistible.

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