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¿Qué es el vino turbio? ¡Aprende a identificarlos!

¿Sabes qué es un vino turbio? Desde siempre han existido los vinos turbios, esos que no muestran la claridad a la que estamos acostumbrados ver pero que no significa que estén dañados y deban ser desperdiciados.

Conocer qué es un vino turbio nos permite conocer más de este amplio mundo en el que la vid es la gran protagonista al generar deliciosos caldos que consiguen robarle suspiros a más de un apasionado.

Hoy en día existen más bodegas que no filtran sus vinos para evitar quitarle ciertas propiedades naturales, esto permite que podamos encontrar vinos turbios.

Sin embargo, es importante aprender a identificar un vino turbio por naturaleza a uno por defectos en su elaboración.

¿Qué es el vino turbio?

Si buscamos la definición exacta de qué es un vino turbio encontraremos que es un vino sin transparencia como consecuencia de las materias coloidales en suspensión.

Pero ¿Qué quiere decir esto exactamente? pues que durante el proceso se han dado algunas alteraciones.

Dicho de otra manera, puede ser que la fermentación no se haya terminado de forma correcta, existan rastros de sedimentos, se dio infección durante la elaboración, entre otras causas.

En Galicia, España, el vino blanco turbio es un vino típico que proviene de la elaboración de vinos caseros en la zona del ribero en Galicia, destacando por su alta acidez, frescura y sabor suave, aunque con un punto dulce, lo que lo hace completamente encantador.

¿Qué factores hacen que un vino sea turbio?

Para entender qué es un vino turbio, lo mejor es conocer los factores que pueden llevar al caldo a no presentar la claridad que siempre se busca o a la que estamos acostumbrados.

Para muchos la turbidez es sinónimo de desechable y no por estar turbio estamos frente a un vino en malas condiciones.

Las causas más comunes que originan un vino turbio son la fermentación incompleta, exceso de proteínas, sedimento persistente producto de la fermentación inicial o infección bacteriana durante el proceso.

Veamos a continuación algunos de estos factores más a profundidad:

Es importante aprender a identificar un vino turbio por naturaleza

Fermentación incompleta

Puede pasar que tengamos un vino turbio en casa y que la consecuencia de ello sea que todavía está fermentándose.

El vino normalmente termina de fermentar cuando alcanza una gravedad de 990 o menos, pero los cambios de temperatura o el movimiento pueden reactivar la levadura restante presentes en el proceso.

Pero si se agrega en el proceso un azúcar acondicionador sin estabilizador también puede reiniciarse la fermentación.

Además, cuando un vino fermenta, la levadura muerta cae directo al fondo creando con ello sedimentos los cuales tienden a agitarse cuando se vierte el vino, creando con ello una especie de neblina.

Presencia de sedimentos

Luego de la fermentación puede que el vino conserve sedimentos, si el caldo no se pasa por un filtro para su embotellado puede que estos sedimentos terminen dentro de la botella originando turbidez.

Lo ideal sería evitar la nubosidad embotellando el vino solo una vez que haya tenido suficiente tiempo para descansar después de la fermentación, y nunca embotellar el vino de un fermentador con sedimentos en el interior.

Presencia de neblina de pectina

La pectina es un compuesto natural de la fruta y se usa con frecuencia para hacer mermelada debido a su consistencia.

Esta por lo general se degrada durante la fase de fermentación, sin embargo, algunas frutas contienen un nivel de pectina más alto que otras por lo que si no se utiliza la enzima péctica el vino puede permanecer turbio.

Precipitación del vino

La precipitación es causada por sustancias en el vino formadas por fermentación excesiva, en el caso de los vinos tintos esta precipitación suele tomar la forma de taninos, asemejándose al polvo.

Mientras que, en los vinos blancos, la precipitación habitual se da por el ácido tartárico, que formará cristales.

Estos cristales pueden observarse en el fondo de la botella y genera un caldo turbio, por lo que es necesario incluso poder estabilizar el vino para así evitar que se genere la precipitación.

¿Cómo se logra la estabilización? Controlando su temperatura, lo que hace necesario mantener el vino a 10°C para los blancos y a 21°C en el caso de los tintos.

Infección en el vino

Cuando un vino se infecta comienza a desprender un mal olor, este puede ser agrio como de acetona y pasa cuando el caldo se convierte en vinagre.

La mala utilización de los equipos, la no higienización de los mismos, la exposición al aire o la incorporación por accidente de una levadura extraña desencadena estos factores que alteran el vino y generan además del mal olor, un sabor agrio y una nube densa que hace ver turbio el caldo.

Estos son algunos factores que pueden enturbiar el vino y hasta llevarlo a picarse o ponerse malo.

Sin embargo, como hemos mencionado anteriormente, que tengamos un vino turbio no quiere decir que este se encuentre malo, solo debemos prestar atención a todo lo que engloba.

¿Cómo servir un vino turbio?

Puede que al ir al mercado a comprar una botella de vino nos topemos con una que presente cierta turbidez, y como no somos expertos en el tema la compremos y luego nos percatamos de este aspecto y sintamos que estamos en problema.

No deseches el vino, dale la oportunidad y disfruta de él, ya que algunas bodegas han comenzado a evitar el filtrado de algunos caldos para conservar más sus cualidades.

La mejor forma de servir un vino turbio es la siguiente:

  1. Dejar reposar la botella en posición vertical y sin moverla.
  2. Al colocar la botella en posición vertical conseguiremos que las sustancias en suspensión y que generan la turbidez del vino se precipiten al fondo de la botella poco a poco.
  3. Una vez que observemos que las sustancias se han precipitado y se encuentran en el fondo, es momento de mover de forma cuidadosa la botella.
  4. Descorchar la botella con mucho cuidado, para ello se debe mover la mano que sostiene el sacacorchos y no la botella la cual debe permanecer completamente inmóvil.
  5. Si movemos la botella con las sustancias en el fondo, debemos hacerlo con movimientos pausados lo que evitará que los sedimentos se mezclen nuevamente con el vino.
  6. Al servirlo es necesario inclinar la botella lo preciso y no volcarla lo que permitirá que el caldo caiga de forma lenta y pausada dejando abajo los sedimentos que hacen turbio al vino.
  7. Utilizar los hombros de la botella para retener los sedimentos ahí y evitar con ello que estos caigan en la copa.
  8. Dejar en la botella el último cuarto del vino ya que ahí estarán presentes los sedimentos que dan pie a la turbidez del vino y si se vierten en la copa vendrán automáticamente con el caldo.

Pero no todos los vinos turbios deben pasar por este proceso, en el caso de los vinos blancos turbios gallegos que son naturalmente así, se aconseja consumir bastante frío entre 4°C y 6°C para disfrutar de todo su esplendor.

Además destaca por maridar bien con todo tipo de mariscos y pescados, así como con los aperitivos.

El vino blanco turbio de Galicia es un vino diferente, que se elabora a temperatura baja, evitando el precipitado de las levaduras y conservando el carbónico propio de la fermentación alcohólica.

Lo que da como resultado un vino de aspecto turbio con una ligera aguja que permite su embotellamiento para su consumo en el momento preciso.

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